El caramelo.

Tu quisieras que te dejara probar ésta piel de caramelo, que se derrite por estar en tu boca.
Qué de tan sólo pensar en su sabor te empalagaría.
Que te dejaría asqueado de tanto placer.
Y te podría volver loco si no tienes su
aroma.
Que serías más adicto a ella, que al alcohol.
Que haría lo imposible para que corriera entre tus dientes, con ganas de masticarla suavemente.
Morderla sin rasgarla.
Saborearla, sin gastarla.
Y encontrar el sabor hasta el final de
todo.
Tu quisieras tener esta piel.
Mi piel de caramelo.
Dé un dulce sabor, que nunca has pensado en probar.
Y que te llama tanto la atención.
Que te enloquece.
Que te marea.
Que quisieras tenerla hasta el amanecer, para que en el desayuno la mordisquees.
Para que en el almuerzo sea tu colación.
Que en la comida sea tu aperitivo.
Y que en la cena sea tu gran postre.

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